En este artículo queremos recordar el increíble trabajo que realizó nuestro proveedor de lubricantes Olipes en el país subsahariano Camerún.
Olipes es una compañía que comenzó en el año 1993, siempre está en proceso de innovación y reinversión para convertirse en toda una empresa referente en el sector petroquímico internacional. Además de apostar por la globalización, la sostenibilidad, los productos y servicios sostenibles con alto valor añadido, se preocupan por la responsabilidad social, siendo esta una parte muy importante de su día a día.
El presidente de Olipes creó en 2009 la Fundación Abriendo Caminos (FAC) con el objetivo de ayudar a todos los pequeños y jóvenes en riesgo de exclusión.
Los fondos que llegan a la Fundación provienen principalmente de la empresa Olipes por el legado de su presidente, de que el 10 % de los beneficios vaya destinado a la Fundación para financiar sus proyectos. Otras aportaciones se obtienen del personal de Olipes, que colabora a través de apadrinamientos para ayudar a la educación de los niños y de otras donaciones de particulares y empresas.
En los primeros años la Fundación colaboró en proyectos de becas en Perú, Colombia, El Salvador y España.
En 2012 se empezó a trabajar en África, en primer lugar, en Camerún en el pueblo de Pouma para abastecer de agua a la población agrícola.
Después, en la localidad de Nebassel. Tenían un pozo que no funcionaba. Se instaló un nuevo motor bomba, un depósito de agua a una altura de 10 metros y se hizo la instalación de la bomba al depósito. Así consiguieron facilitar a las familias el acceso al agua, evitando que los niños desde tempranas edades crucen carreteras v anden distancias muy largas para conseguir un bien esencial.
Pouma es una pequeña localidad rural del oeste del país donde prácticamente toda la población sobrevive de la agricultura. El 50% de los niños de la zona está sin escolarizar, por ello, la Fundación Abriendo Caminos comenzó a construir una escuela con capacidad para 675 niños.
Es en el año 2015 cuando comienzan las labores de construcción del edificio del colegio Pouma, empezando el movimiento de tierras en el mes de enero de dicho año.
En diversas reuniones posteriores se sentaron las bases para el desarrollo educativo dirigido por el grupo GSD en el colegio de Pouma.
En Camerún la educación no es gratuita, tanto colegios públicos, religiosos o laicos son colegios de pago. Las aulas llegan a tener 80 alumnos en clase.
Para poder dar una buena educación, 30 debería ser el número de alumnos por clase, como máximo. Eso representa un coste muy alto para las familias de un poblado agrícola, con muy pocos recursos. Por lo cual GSD y FAC, para poder llevar a cabo el proyecto, acordaron aportar 50.000€ anuales por entidad durante los primeros cursos hasta que el colegio pudiese ser autónomo económicamente.
El Grupo Cooperativo GSD tiene como objetivo mantener, mejorar y crear puestos de trabajo en régimen cooperativo. Con estos ideales, en el año 2006 abrió en la localidad madrileña de Leganés una residencia de mayores, y en años posteriores se creó la Cooperativa El Mercante y la cooperativa Educación Activa Complutense entre otras. Estos colegios son instituciones de carácter laico que fomentan la tolerancia y la libertad de ideas, inculcando valores educativos basados en el respeto a la dignidad humana. La responsabilidad, el compromiso, la colaboración y participación y el respeto por el medio ambiente son esenciales para todos los miembros de la comunidad educativa de GSD.
Por ello, la principal idea es llevar a esta pequeña localidad de Camerún la metodología que utilizan en esta cooperativa de Madrid.
Cuando llegaron a Pouma se dieron cuenta de que es una zona con muchas necesidades, donde las familias están preocupadas por la escolarización. Se buscó solucionar este problema viajando mucho al país africano con diferentes profesores de Gredos para formar a profesores de allí y a los propios alumnos.
En el mes de septiembre del 2018 se inauguró la actividad en el primer bloque del colegio, comenzando con cuatro clases, las de los más pequeños, considerando que es muy importante educar y enseñar desde los inicios y de una forma diferente a la que ya conocen.
El colegio se divide en tres bloques o edificios, el primero con una zona infantil compuesta por tres aulas de actividades y otras tres para el descanso de los niños, al que se suman otros dos edificios para primaria, cada uno con dos plantas y seis aulas y que se complementan con un despacho de dirección, las salas de profesores, una biblioteca, la sala de informática y el botiquín.
Además de esta iniciativa, desde hace muchos años Olipes envía contenedores marinos a Camerún y otros países en desarrollo con objetos donados, como menaje de cocina, material escolar, mobiliario escolar, material hospitalario, ropa, juguetes, etc., con el fin de ayudar a una población que carece de las condiciones básicas de higiene, luz o agua potable para sobrevivir.
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