«Consecuencias y Responsabilidades», de la mano de Fernando Díaz, Codirector general ejecutivo de OLIPES.
A lo largo de una serie de artículos, os vamos a hablar de las consecuencias de emplear lubricantes de baja calidad, pero antes de hablar de sus consecuencias, vamos a hablar de las responsabilidades. Es sabido que la correcta elección y uso de los aceites y grasas lubricantes es esencial para garantizar el buen funcionamiento de los equipos, pero… ¿Quién garantiza la calidad de los lubricantes?
Una pregunta sencilla y cuya respuesta no es la que esperas, ya que en España no existe ningún organismo o entidad que realmente controle y garantice la calidad de los lubricantes que llegan al mercado*, salvo el propio fabricante, dejando esta responsabilidad en manos del comercializador del producto y que puede ser o no el mismo que el fabricante.
¿Qué se entiende por comercializador?
Comercializador de lubricante es la organización de comercialización responsable de la integridad de la marca y la representación del producto de marca en el mercado, en pocas palabras, el que aparece identificado en el envase, el propietario de la marca o, en el caso de las importaciones de fuera de la UE, el importador del producto. Son ejemplos de comercializadores: Case New Holland, CAT, Iveco, JCB, John Deere o Volvo Construction, que no fabrican lubricantes, se los fabrica un tercero.
¿Cuáles son las responsabilidades del comercializador de lubricantes?
En términos generales, el comercializador de lubricantes es totalmente responsable de la calidad del lubricante que llega al consumidor, junto con las declaraciones de los niveles de calidad y rendimiento que hace del producto en el etiquetado, ficha técnica y cualquier otro documento que llegue al mercado. Cuando la fabricación del producto se contrata a un tercer fabricante, es responsabilidad del comercializador de lubricantes asegurarse de que el lubricante se fabrique de acuerdo con la formulación requerida y cumpliendo con el Código de Prácticas ATC de EELQMS (el Sistema Europeo de Gestión de la Calidad de los Lubricantes para Motores) y ATIEL (asociación sin ánimo de lucro que representa el conocimiento y la experiencia combinada de los principales fabricantes y comercializadores de aceite de motor europeos e internacionales).
¿Poseer la certificación ISO 9001 es garantía suficiente para garantizar la calidad del producto?
En absoluto, la certificación ISO 9001 afecta a procedimientos, pero no garantiza ni mucho menos la calidad del producto y es un sistema fácilmente vulnerable.
¿Y garantiza la calidad el hecho de que un producto esté homologado o aprobado por un fabricante?
Ayuda, pero tener una homologación de un fabricante no garantiza la calidad del producto envasado. La mayoría de fabricantes exigen ensayos adicionales para la homologación de los lubricantes aptos para lubricar sus motores, ya que las especificaciones generales de API, ACEA o ILSAC no suelen ser suficientes para garantizar sus exigencias de prestaciones. La mayoría de los comercializadores obtienen estas homologaciones o “approvals” mediante un “rebranding”(2) un proceso de bajo coste y meramente burocrático. En resumen, el fabricante es el único en controlar el producto acabado, por lo que tenemos que, o fiarnos de su buena fe y de su buen hacer, o auditarlo correctamente.
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